jueves, 15 de diciembre de 2011

Un hombre rural, un hombre justo


Mi abuelo era un tipo sencillo. Un hombre rural, de esos que vivieron una vida ajena a los números y a las letras, que jamás anhelaron un sillón de oficina. Pastor, agricultor y albañil, Asunción representó durante décadas al perfecto currante, de los que se lo han ganado todo con el lomo. Personas que nacieron en esa España profunda en la que para salir adelante había que trabajar de sol a sol.
Y esa gente merece ser escuchada. A mí, por lo menos, me cautivan. Por eso, ahora lo entiendo, me han embrujado desde pequeño las historias del abuelo. Crecí escuchando sus batallitas de cómo andaba horas para ir al campo a trabajar, de cuando tenía ocho años y ya salía con un rebaño, o la del perro demasiado glotón que asaltó la despensa. Pues resulta que el chucho… No, vamos a dejarla para otra ocasión, que hoy no toca, pero sólo voy a decir que aquel saco de pulgas no volvió hacer de las suyas.
Era la preferida, y cada ciertos meses, le pedíamos que la contase en alguna sobremesa familiar. Creo que a todos nos gustaba que el abuelo narrase sus vivencias en Mora de Toledo, su pueblo natal. Seguro que se ha ido sin contarnos todas, algunas por falta de ganas, otra por escasez de tiempo. Por eso, doy gracias a Dios por haberme regalado aquellos minutos de Nochebuena. Por haber interrumpido mi conversación con alguien con quien comparto hoy mi vida para charlar con ese hombre que muchas veces cambió la suya por cuidarme.  
El abuelo me contó cosas de su vida en el pueblo. De cómo una vez no tenían que comer, estaban recolectando patatas, cogieron unas cuantas y se las frieron a lo pobre. De cómo otro día les pilló un chaparrón de tomo y lomo, corrieron varios kilómetros bajo un aguacero y llegaron a casa calados hasta los huesos. Pese a que ya estaba enfermo, durante media hora se rió a carcajadas y disfrutó recordando conmigo una vez más sus historias de antaño. Hace casi cinco años de aquel ratito que ha quedado grabado en mi mente. Es el último recuerdo nítido que tengo del gran Asunción y nadie podrá robármelo jamás.
También me quedaré esos sábados por la noche en los que veíamos juntos el partido de fútbol, y discutíamos. “¡Muchacho, te voy dar un sopapo!”, avisaba alzando la mano cada vez que me metía con él, afirmando que era del Madrid. Lo negaba, pero lo era, y quizás por llevarle la contraria me hice del Barça. También sin quererlo me inculcó el levantinismo: los paseos por los campos de detrás de su casa hasta el estadio Ciutat de València no podían caer en saco roto…
Mi infancia no sería la misma sin la figura del abuelo. Sin sus protestas porque le manchaba el piso por jugar con cochecitos en su salón, pero también sin los veranos jugando juntos a fútbol en la playa de las Arenas. Ganase o perdiese, de camino a casa había un helado de premio.
Transparente, trabajador, obstinado… ese era el abuelo. Me voy a quedar con la fotografía de ese hombre con poco pelo y bajito, pero con fuerza para cruzar a pie toda la ciudad, de norte a sur, para recoger a sus nietos. Ahí estaba todos los mediodías, esperando a que mi hermana y yo saliéramos del colegio para colgarse las mochilas a los hombros y llevarnos a casa a comer para volver a clase por la tarde.
Nunca llegó tarde. Siempre estaba allí. De pie. Aguardando con un libro y un rotulador fluorescente en la mano. Sospecho que no había en su Biblia un solo versículo sin subrayar. Porque como había dicho al principio, al abuelo le habían importado un bledo los números y las letras hasta que le presentaron al Dios que le enamoró, ese que era como él.
Aprendió a leer para recorrer la Biblia una y otra vez. Sin descanso, como cuando curraba de sol a sol en su pueblo o en el almacén de pieles. “¡Será posible!”, era su única queja y sólo si algo salía mal. Bromista y obstinado… Cabezón, pero con un corazón más grande que él. Hasta hace nada oraba todas las noches a su Dios por toda su familia, uno por uno, y por “todos esos pobrecicos que no tienen nada que comer”.
Definitivamente, y creía que no lo diría nunca de un madridista, ha sido una placer compartir 32 años con el abuelo. Porque ha sido un hombre íntegro capaz de tomar decisiones drásticas para estar en paz con su Dios. Sé que si ese Dios existe, Asunción estará entre sus justos. Por eso, permitirme que esta carta de despedida, acabe en un punto… y seguido.

Nota del autor: Este texto fue escrito en la madrugada del 15 de diciembre de 2011, horas después del fallecimiento de mi abuelo, Asunción Rodríguez-Isla García. Atenazado por la tristeza y el cansancio de un día difícil, no creo que haya elaborado mi mejor artículo, pero este es especial para mí porque se concibió con el corazón. El perfil se incluyó en la programación que tuvo lugar en el funeral celebrado en Valencia este mismo día. Espero que sea un digno homenaje a alguien que lo merece.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Fútbol sin barreras

Cuando no estaba emparejado, uno de mis planes preferidos era chutarme una sobre dosis de balompié. Sólo o en compañía de algún amigo igual de futbolero que yo, empezaba con el partido de Segunda para acabar con el de Primera. Por aquel entonces no se estiraba la jornada en busca de la máxima rentabilidad de la gallina de los huevos de oro: Jaume Roures aún estaba posicionando Mediapro en el mercado de la comunicación y apenas podía verse un encuentro de Primera en abierto y otro en Canal +. Pero nosotros aguábamos nuestro síndrome de abstinencia en videojuegos tipo Fifa o ProEvolution. Ahora no hace falta.
Lo constaté, una vez mas, ayer. Decía que cuando no estaba emparejado, solía fabricar tardes de empacho futbolístico. Ahora, si no es por trabajo, en aras de una apacible vida conyugal, suelo abstenerme de esos tardes tan... califíquela cada uno como quiera. Pero por un día, y eso da a la pareja la misma vitalidad que la poda a un árbol, cada uno tuvo sus planes. Y el mío incluyó un menú que empacharía casi a cualquiera: fútbol hasta en la sopa, como diría mi amigo Antonio Badillo.
Todo empezó con el partido del Valencia. Sí, porque puedes ir al cine, disfrutar de una película, pero al mismo tiempo estar pendiente del fútbol. Cosas que tienen los teléfonos de última generación. Disfrutamos de la última de Polanski, pero tuvimos un par de segundos para comentar con monosílabos, arqueos de cejas o codazos los goles de Jonas y Tino Costa.
Por la mañana habíamos urdido el plan. Dijimos de ir al cine por el centro para luego seguir los partidos tapeando en algún bar. Por razones de aparcamiento nos decidimos por Kinépolis. "Podríamos haber visto también el Rayo-Valencia", comenté mientras entrábamos a la sala. "Pues yo lo he pensado, pero como ya habíamos dicho de ver una peli", me respondió Pedro Campos, por cierto, mi compinche en el atracón futbolero. Al final, mereció la pena la dosis de celuloide.
Con un leve comentario sobre la película, nos acomodamos en el Bierwinkel para ver el derbi madrileño con toda incomodidad. Como concepto está bien: terraza de una cervecería con una televisión. Sí, pero precisamente 'terraza' encierra el primer horror en forma de frío, ese que notas pero obvias y que al cabo del rato de ha congelado los huesos para toda la noche... a pesar del café con leche del primer turno de consumiciones. Dentro de lo friki del plan en su global, esta hora y media consumió la parte más anómala y poco recomendable... y eso que vimos el partido, a pesar de las barreras.
Sí, barreras humanas. Porque ese es el segundo error u horror del concepto: la ubicación de la televisión, en la puerta de la cervecería. Entre la pantalla y la terraza hay un caudal de paso que, en un sábado por la tarde y teniendo en cuenta que estábamos en un centro de ocio, lógicamente se convirtió en una riada. Y claro está, durante el partido hubo que aguantar a niños lanzando aviones de papel y persiguiéndose (menos mal que eran bajitos) o a padres interesados en el fútbol y complejo de cristalero. Los buenos señores olvidaban su condición de cuerpos opacos y hacían pantalla delante de la que realmente nos interesaba a los clientes del bar... y lo hacían en el momento oportuno: en el penalti de Courtois o justo cuando Canal + Liga emitía los goles del Valencia en pleno descanso del derbi. La próxima vez, aunque cueste aparcar, me decanto por el bar y el tapeo por el centro.
Tanto es así que, ya encogidos por el frío y hastiados por las interferencias, antes de arrancar la segunda parte habíamos decidido ver el Getafe-Barça en casa de Pedro. Después de lo del Real Madrid-Atlético, hasta se agradecían los ladridos y correteos del hiperactivo Fermín. Porque al final, el plan futbolero incluye ver el partido con relativo confort. Está bien eso de ir a un bar pero, cuando se van incluyendo años, se ensalza hasta los altares el rollo sillón, pizza y cerveza o coca-cola. Sin los diablejos lanzando sus aviones de papel frente al televisor. Sin padres que creen ser transparentes. Fútbol sin barreras. Cómodamente, en casa o en la de algún colega. ¿Me estaré haciendo mayor?

sábado, 15 de octubre de 2011

Triple sesión

No me canso de ver cine, aunque últimamente no consuma demasiadas películas. Quizás por ello tenga la (¿mala?) costumbre de entrar varias veces en una misma tarde. La última vez ha tocado triple sesión, con el crisol de sensaciones que ello suele conllevar.
Una pesadilla habría supuesto quedarme 'Sin salida' después de ver ese bodrio para adoloescentes. Cuando entras en la sala y el 90% del público asistente son quinceañeras que destilan hormonas con su simple presencia, los augurios son malos. Las chicas habían acudido a ver a Taylor Lautner, conocido como el pseudo licántropo de la infame saga 'Crepúsculo'.
Las adolescentes, todo sea dicho, se han comportado y no se han escuchado grititos histéricos cuando ha apareceido el susodicho actor. Eso sí, y no es culpa del actor de marras, penoso ejemplo que para ser guay haya que ir en moto con la única protección de unas gafas de sol. Sin casco, bien repeinadito como si no hubiese viento. Vamos, que la DGT se forraría a su costa.
Película para adolescentes, de acción y para haber pasado el rato... si acaso. Pero por lo menos esta película no engaña. Sabes lo que vas a ver. Me crispan las cintas que van de cine de calidad pero que no pasan de comedia bodrio para que se luzcan los protagonistas. 'Larry Crowe, nunca es tarde' es una de esas.
Tras 'The Wonders', Tom Hanks ha esperado 15 años para volver a dirigir... y nos habría hecho un favor si hubiese retrasado aún más su regreso. Pero es que además, ha demostrado una cierta egolatría al escribir un guión destinado exclusivamente al lucimiento de su personaje (y un poco el de Julia Roberts). Además, de eso, Hanks sobreactúa, confirmando que cada película que hace desde 'Forrest Gump' puede ser peor que la anterior. Y su compañera, también oscarizada, no creas que lo mejora.
Por lo menos, en esta ocasión, Hanks da buen ejemplo y, al contrario que el cachorro lobezno, sí se coloca el casco para subir en moto. Afortunadamente, en una tarde en la vas tres veces al cine resulta casi imposible meter la pata con las tres películas. De esta triple sesión salvo 'Mientras duermes', de Jaume Balagueró.
No contaré demasiado pero, como dice el propio director, la película fuerza al espectador a identificarse con el malo, un villano porque sí. La película es una especie de cuento para adultos. Luis Tosar vuelve a estar brutal y tanto Marta Etura como Alberto San Juan le secundan a la perfección. No contaré más pero, sin ser una película de terror, Jaume Balagueró ha demostrado que tras dos entregas de 'Rec' y 'Los sin nombre' (peliculón), en el suspense se mueve como pez en el agua.
Un último apunte antes de irme a dormir y ya con la gran pantalla apagada: las tres películas hacen referencia a las redes sociales. En concreto al Twitter, como algo cotidiano como ir a tomar un café al bar, coger el metro o ver un programa de televisión. Que cada uno aporte sus ideas sobre ese detalle.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Un monosílabo y dos tesoros

Dos letras. Apenas tres trazos rectilíneos y uno curvo. Jamás tan poco me produjo una sensación de angustia tan grande. Miseria. Culpabilidad. Vergüenza de mirar a los ojos de quien se cruzase conmigo. Temía que me mirasen con pena, con una mofa contenida u otra cruelmente explícita. Casi deseaba una enérgica letanía de censura como el desahogo de todos a los que había fallado merendándome el día antes ese puto monosílabo.

Caí en la mala educación al no saludarla porque no sabía qué decirle. Renuncié a ese placer de comentar las horas previas del partidazo de Champions en Mestalla con el más futbolero de la redacción, un valencianista cabreado pero simpático. Pensé en pedir perdón. Deseé que me tragase la tierra y me escupiese algún volcán. Ansié el final del día.

Y eso es lo bueno que tiene el periodismo. Que las jornadas pasan. Los buenos y los malos. Y a la mañana siguiente hay que empezar casi de cero. No soy un cirujano que pueda matar a alguien por una sutura defectuosa en alguna arteria. Tampoco me dedico a diseñar motores de aviones o de otros aparatos en los que una avería se convierte en un accidente con decenas de muertos. Sigo estremeciéndome cada vez que recuerdo que un error mío cambió el sentido de toda una noticia.

"Eso nos ha pasado alguna vez a todos", me dijo alguien que minutos antes había tildado aquello de 'megacagada'. Me sentí un irresponsable, un inútil, un despojo de periodista y alguien indigno de toda la confianza que algunos depositan en mí. A medida que pasan las horas me sereno y relativizo un error grave, pero efectivamente cometido sin mala intención. Por eso ese maldito monosílabo me ha ayudado a valorar a dos tesoros.

Uno de ellos, el tío cojonudo escondido tras la piel de lobo impresentable que asume el apodo de Convoxo. Tiburón letal en cuanto la pantalla del ordenador se tiñe de verde oscuro, es una de las personas que conozco que más ha captado el sentido de la palabra amigo. Difícil quedar con él para cenar o irse de cañas, odia ver conmigo una final de Champions, pero siempre ha estado ahí en los días jodidos.

Desde que apretó el paso para no saludar a aquel friki vestido con una camisa ridícula, ha llenado el vaso de la amistad. Conversaciones sobre cine (una exaltación de 'El Padrino', la primera de todas), abrazos para celebrar goles, muchísimos cafés y muchos paseos de psicólogo por el carril bici de su pueblo. Quizás el mejor de todos, el marrón que tuvo que comerse sin rechistar a causa del mencionado monosílabo que yo había engullido de un plumazo. Gracias.

Como gracias a ella. Otro tesoro. ¿El más valioso? Sí. Porque sabe aguantarme. Porque aunque a veces no me entienda y viceversa llevamos más de cuatro años juntos. Porque no pudo contener las lágrimas cuando vio que estaba jodido de verdad. Porque supo hablar y guardar silencio, marcar los tiempos durante más de dos horas.

Pero sobre todo porque no deja de sorprenderme. Cuando un día es malo, sólo deseas refugiarte en tu guarida. Que haya silencio. Que nadie te moleste. Hipnotizarte en una buena película, una serie o un libro. Y eso lo tuve, pero después de que volviera a darme algo que no esperaba. Fueron apenas unas fotografías y otros trazos. Sin error alguno a pesar de que no es periodista. Luego dice que no sabe si será una buena enfermera, pero me curó sin estar ni siquiera presente. Consiguió que un día funesto acabase con una sonrisa.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El culto ha empezado

Todo ha cambiado. Ya nunca se reunirán allí los de antes. Cada uno hizo su vida. Algunos dejaron de aparecer paulatinamente. Otros se marcharon a vivir a ciudades lejanas. Jamás se repetirán aquellas tertulias futboleras que le desesperaban, quizás por producirse a destiempo. Pero todo eso ahora ya da igual porque, como los demás, él tampoco está ya ahí.

Se marchó ayer por la tarde. En silencio. En ese estado de quietud que tanto reivindicaba para los sábados por la mañana en Fray Pedro Vives, 33. Ha cruzado la frontera entre la vida y el recuerdo en apenas once días. Hace menos de dos semanas aún estaba ahí, sentado en esa silla junto al altavoz. Su sitio, el lugar donde ha pasado meses y meses escuchando cultos, soñando con la vida mejor que, si es cierto que hay un Dios, a buen seguro tendrá. Paladeó ese futuro de dicha suprema sin parar a observar que en el presente algo letal lo estaba consumiendo. Quizás así haya sido mejor.

Para él. Porque para los que nos quedamos, es sencillamente horrible. Quiero regresar a aquellas tertulias. Hablar del Barça, el Madrid y el Valencia, y que en medio del fragor de la batalla dialéctica, aparezca Enrique Mir por la puerta: "¡Sch, sch, sch, sch! ¡El culto ha empezado, podéis entrar!". Quizás volviese a sacarme de mis casillas, le diría que en cinco minutos y comentaríamos de pasado lo pesado que es antes de enfrascarnos diez minutos más en la discusión...

No voy a escribir ahora fuera perfecto. Nadie lo es. Una vez me pidió que guardase silencio en la iglesia cuando bajaba unas escaleras sin hablar. Cría fama... Pero ahora que se ha ido, prefiero recordar sus saludos afables o las breves conversaciones de fútbol (era muy del Valencia) cuando él consideraba que eran oportunas. O aquellos pajarillos que regalaba hace ya más de 20 años, cuando acudía a concursos de canto: todos los niños de mi generación tuvimos alguno de aquellos verdecillos. Tiempos pasados de una sociedad mejor. Te echaremos de menos, Enrique. Nos veremos junto al río...

jueves, 16 de junio de 2011

Los amantes del Mandor

Ahí estaban los dos. Regalándose besos con sabor a chicle. Intercambiándose palabras de amor que no va a ser eterno y sonrisas envueltas por espinillas. Un rollete al salir de clase. Sin pensar en el examen de mates de mañana, sin perder un instante en plantearse cómo sería una vida juntos, si los sueldos de médico de ella e ingeniero de él darían para un chalecito como el de papá y mamá.

Él apoyado en un bloque de hormigón. Ella de pie. Él con chándal y ella con vaqueros y un jersey. Las armas de seducción de ambos, unas notitas intercambiadas de forma furtiva sin que los descubriese el profesor de filosofía. El premio, esas caricias con manos rayadas con el boli Bic azul, testigos del madrugón para iniciar una insoportable jornada de instituto.

Cuando suena el timbre, salen en tromba, como el resto de sus compañeros. Avanzan juntos mirándose de reojo hasta que se atreven a darse la mano. Cuando por fin entrelazan sus dedos intercambian una fugaz sonrisa. Hoy toca escapada con la mochila y los apuntes como único equipaje. ¿Para qué más? Tampoco es cuestión de llegar muy tarde a casa. Él tiene partidito de fútbol con los amigos, ella dará una vuelta por el parque con las de clase. Y hay que estudiar para el maldito examen, que no hay que dejarlo todo para el selectivo…

Ahí permanecen un buen rato. Se abrazan. Se besan. Sus risas resuenan tras chocar en las paredes del encauzamiento. Ajenos al voyeur ocasional que los observa embelesado, sin más morbo que el de recordar tiempos pasados. Rememora esos primeros amores gratuitos, sin pedirse nada a cambio pero dándolo todo por un rato, unos días, unas semanas. Aquella sensación de vivir un momento incontrolable pero pasajero, como las aguas que bajan desbocadas por un barranco. El torrente de cariño adolescente acaba por hoy. Hace 15 años nos decíamos ‘hasta mañana’. Probablemente, los amantes del Mandor se hayan despedido con un ‘nos vemos por el Tuenti después de la cena’.

martes, 14 de junio de 2011

Red Flag x 10

El Twitter es todo un fenómeno social a estudiar por los expertos del ramo. Imagino que lo harán de una forma más rigurosa que yo, y también publicarán a colación de sus análisis, sendos artículos, largos y aburridos, en tal prestigiosa revista del ramo. Pero mi ejercicio es mucho menos exhaustivo y científico, pero sí una pequeña reflexión que me preocupa y lleva semanas rondando por mi inquieta cabeza.
Me decidí a escribir esto durante la carrera de Canadá de Fórmula 1. No voy a aburrir a los no aficionados al automovilismo, pero diré a modo de ambientación que en un momento dado, se puso a llover a cántaros y la dirección de carrera no tuvo más remedio que pararla. Esto, en las competiciones de motor, se marca con una bandera roja.
Pues bien, apenas un minuto después de que se produjera este hecho, en mi Twitter pude leer, si no diez ninguno, mensajes que simplemente proclamaban: 'Red flag!' (bandera roja). Sin más. Yo esto lo traduzco como un 'mira que rápido soy, el primero que se entera de lo que ocurre en una carrera de Fórmula 1'.
Claro está, luego hay que interpretar los mensajes, en este caso, de quién vienen. Si el emisor es un aficionado cualquiera, que ve la carrera en casa con un platito de papas y una cervecita, me parece respetable... Sin embargo, me causa cierto estupor comprobar que muchos de esos mensajes de 'Red flag!' provenían de periodistas deportivos que en ese momento estaban trabajando, algunos de ellos cubriendo la carrera.
Sinceramente, no entiendo al redactor con complejo de minutero que compite por ser el primero en twittear un hecho dentro de un evento o una noticia, sin con ello generar un tráfico a la web del medio de comunicación que le paga. No pretendo censurar a nadie, sino poner sobre la mesa una opinión y una reflexión para mis compañeros periodistas: las redes sociales pueden ser un trampolín o el peor de nuestros depredadores.
Y para reforzar mi tesis lanzo una pregunta: ¿Creéis que el aficionado que quiera estar informado de la carrera entrará en nuestros medios de comunicación si le damos todo a través de Twitter o cualquier otra red social? ¿Nos paga Twitter por la información y, por extensión, el tráfico que le generamos? Casi seguro que no, y no.
¿Uso de las redes sociales? Sí, pero con una relación de simbiosis. Que nos den algo a cambio. Lo mismo que nosotros les ofrecemos. Los periodistas, igual que las miles de celebridades que campan por Twitter (la red social más de moda) y el resto de usuarios, generamos un tráfico que han hecho ricos a sus creadores. Justo es que empleemos esta herramienta para dirigir visitas a nuestros contenidos. Y, concluyendo con el ejemplo de la carrera, en mi opinión un minutero de Fórmula 1 es un contenido que si está gratis en Twitter restará pinchazos a las webs de los medios de comunicación que nos tienen contratados.

miércoles, 11 de mayo de 2011

El pequeño tesoro de plástico

Una varita de plástico de menos de un palmo de longitud puede esconder un tesoro impagable. Algo imposible de comprar con todo el oro del mundo. Sensaciones que se pueden describir con ese utensilio alargado y negro, pero que quedan tatuadas para siempre en el corazón y en el recuerdo. Instantes mágicos, segundos que conviene paladear entre el bullicio cotidiano de la información que fluye entre los papeles, las ondas y los bits.
La certeza de que alguien ha pensado en ti con la inmensidad de un océano como obstáculo insalvable entre ambos. La prueba de un bien intangible pero de valor incalculable, que no se puede comprar ni se debe vender. Porque la amistad no se fabrica, ni siquiera con la ayuda de esa bebida de polvos, mágica, cincebida en una ciudad que un día fue el epicentro del deporte mundial. Más bien nace, de una manera espontánea, sin una fórmula secreta como la de ese elixir carbonatado que nadie consigue imitar con éxito.
La amistad se guarda con celo para evitar que la arruinen las polillas de la distancia o las obligaciones diarias. Pero también se demuestra con pequeños detalles. Nimios e insignificantes para el ajeno, pero de un simbolismo superlativo para los protagonistas. Y cuando existe ese vínculo entre dos personas, se otorga el valor adecuado a esa varita de plástico, o al libro depositado en una bolsa.
Así, sin más. Carente de envoltorio, testigo de una jornada laboral trepidante, un regalo de cumpleaños puede transmitir todo o nada. Me quedo con lo primero, con ese "nano, voy de puto culo, pero me he acordado de ti". Lo sé, compañero, amigo. Aún diría más, como tú lo prefieras: hermano, 'brother'.

domingo, 24 de abril de 2011

El Valle que politiza la religión

Uno de los pasajes más conocidos de la Biblia recoge una instrucción clara por parte de Jesús: "Dad a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios" (Mateo 22.21). Separad, en la medida de lo posible, lo religioso de lo profano, las creencias espirituales de la política, vino a decir el Maestro, como vaticinando que el cocktail de ambas es difícilmente digerible.
Este es un mandato rara vez asumido por los gobernantes y dirigentes religiosos más influyentes, y para prueba, un botón. España tiene desde el pasado siglo el Valle de la división, el lugar de las dos Españas, por si este no fuera ya de por si un estado con diferentes ambiciones soberanistas.
El Valle de los Caídos sobrecoge. A la izquierda española, sobre todo a los más radicales, le provoca un molesto sarpullido, casi lepra. Esta corriente más extremista propone la demolición de este emplazamiento, donde está enterrado el ex dictador Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Yo he estado en este emplazamiento y me parece un monumento maravilloso y estremecedor, que debe ser conservado, eso sí, como testigo de una etapa presidida por una guerra fratricida que jamás ha de repetirse.
Pero lo que creo que no debería permitirse es que cada domingo se celebrasen misas en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos... y mucho menos que un canal de TDT retransmitiese habitualmente estos actos litúrgicos en directo. Los políticos españoles, sobre todo los que han hecho posible esta programación, han de plantearse que estos actos religiosos representan un continuo homenaje a una etapa de la historia de España no gris ni negra, sino lo de después. Un reconocimiento a unos hombres que representan al bando victorioso de una guerra y una postguerra en la que perecieron y fueron torturadas miles de personas, tanto de la parte nacional como de la republicana.
Y la Iglesia Católica, al oficiar estas misas y potenciar su retransmisión, se posiciona de forma implícita con un bando. En la página web www.valledeloscaidos.es se habla del "bien espiritual que ello está haciendo en muchas almas en España y fuera de España" que supone esta programación. Pues bien, yo me pregunto: ¿Cómo verán estos actos litúrgicos junto a la tumba de Franco los familiares de ejecutados por orden del Gobierno del generalísimo?
La Iglesia tiene todo el derecho del mundo a difundir su doctrina, buscando los canales de televisión, radio, internet y papel impreso que estime oportuno. Pero hacerlo desde el Valle de los Caídos es, a mi entender, una nefasta estrategia y una provocación. Sí, puede que la audiencia se acerque al millón de telespectadores, pero estoy seguro que este programa causa el estupor y la repulsa de, cuanto menos, un número similar de ciudadanos.
Esto sin contar un último apunte, que dejo para los juristas más entendidos que yo en estos asuntos. ¿No entran tanto las misas como sus retransmisiones en conflicto con la Ley de Memoria Histórica? Como escuché el viernes en una radio, no me imagino un acto religioso junto a la tumba o un monumento en honor a Hitler. En Alemania, quienes organizaran o emitiesen un evento de esta índole darían con sus huesos en la cárcel.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Los centros demenciales

Vivo, como tú y el vecino del quinto, por citar a tres individuos, en una sociedad carente de toda lógica, diseñada para que nos dejemos llevar sin preguntar. En esta red del consumismo exacerbado, uno de esos planes que crean vínculos rollo madre-hija bien avenidas es el del día de compras. Cuando llegan las rebajas una y otra rotulan en rojo la cita en la fecha acordada (con los tiempos que corren, más del 70% preferirán establecer una alarma en el móvil).
El objetivo: comer fuera, tener horas para charrar y volver a casa con diez bolsas de papel repletas de gangas de tela. Diré, como calmante para quienes me estén tildando ya de sexista, que no a pocos chicos les gusta ir de compras pero... ¡seamos sinceros! la mayoría nos decantamos por un partidete con una tapita de por medio, una partida de póker o un campeonato de FIFA o de PRO.
Lejos de abrir un debate sobre las preferencias de ocio de ellos y de ellas -que igual inspira a otro post en el futuro- quería hacer una reflexión sobre ese plan de rebajas. Un centro comercial cualquiera, de esos que abundan en las grandes ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia, dispone de un mínimo de 20 tiendas con infinidad de prendas de vestir de todos los precios. Un paraíso para todo/a aquel/a que guste de tener un buen fondo de armario.
Pero el que escribe ha sido testigo del drama que supone el no tener un cuerpecito de Barbie. Eso ya descarta el 50%, siendo generoso, de los establecimientos disponibles. Si se tiene algún kilito de más, el drama puede tornarse en pesadilla. Camisetas ajustadas que lucen tripita y pantalones que no cierran ni a la de tres, a pesar de lucir una etiqueta que reza 'talla 44'.
Tras visitar más de la mitad de las tiendas y después de más de cuatro horas encerrado en todo tipo de probadores, a uno le entra el hambre. Si el centro comercial fuera acorde con lo que predican sus establecimientos a la hora de poner a la venta las prendas, habría decenas de restaurantes que ofrecerían menús con ensalada, pollo a la plancha, agua mineral y yogurt destanado... ¡y un tordo!
Hamburguesas, pizzas, pasta, carne con patatas fritas, refrescos, helados, tartas, cafés especiales adornados con nata... el paraíso de los hidratos de carbono y las grasas saturadas. Si por la mañana ya no te metes en la talla 44, después del avituallamiento necesitas un saco. Total, que lo más probable es que la madre y la hija del principio decidan alargar el café de sobremesa, ir al hipermercado a hacer la compra de la semana o meterse en el cine, y regresar a casa.
En ese hipotético paraíso, uno cualquiera de una gran ciudad, conviven las tiendas de ropa diseñada para lucir tipito con los establecimientos de comida rápida, totalmente prohibidos para quienes esculpen una bonita escultura a golpe de horas de gimnasio o de sacrificadas dietas. Pero al fin y al cabo, estos centros demenciales no son sino un enjambre más de una sociedad en la que sólo importa la imagen y el consumismo.

domingo, 27 de febrero de 2011

La gran fiesta del cine de 2011

14.41 horas. Esta noche se celebra la gala de entrega de premios de los Oscar. El año pasado, este blog vivió el evento en directo. En 2011 hemos repetido la iniciativa, que esperamos sea tan divertida como la de la pasada edición. Para la alfombra roja, hemos fichado a Maggie Campi como comentarista. Quien suele escribir en este espacio, Moisés Rodríguez, charlará durante la madrugada una vez empiece el acto. Quedáis todos invitados a compartir con nosotros una madrugada en vela con la gran fiesta del cine.

2.12 horas. Todavía con la alfombra roja. Maggie la ha estado siguiendo. Yo vengo de ver el Athletic-Valencia, he aprovechado para cenar y espero al inicio de la gala... Ahí estamos en menos de 20 minutos, cuando los vestidos de las actrices dejen de ser noticia y empiecen a repartirse las estatuillas. Por cierto, a Penélope Cruz se le nota su reciente embarazo.

2.18 horas. He visto muy pocas películas, pero difícil que se le escape el Oscar a Natalie Portman. Brutal en 'Cisne negro', al igual que a Colin Firth por 'El discurso del rey'. Esta última es la gran favorita, no sin merecerlo, pues se trata de una película maravillosa. Antes de entregar los premios, yo digo los films que más me han gustado: 'Origen' tiene un mérito enorme por cómo maneja el espacio, y 'Buried' por mantenerte en tensión con un actor metido en una caja de madera.

2.27 horas. Cuentan en Canal + que Natalie Portman, durante el rodaje de 'El cisne negro' se fracturó una costilla y, al pedir atención, le dijeron que no había médico por una cuestión de presupuesto. Ella pidió que le quitaran una caravana y que contrataran a un facultativo. Bueno, últimos comentarios de vestidos, y empieza la gala...

2.30 horas. Empieza la gala!!!!!!

2.37 horas. Salen Anne Hathaway y James Franco. Leo que el teatro revive los decorados de 'Lo que el viento se llevó. Intercambio de piropos entre los presentadores.

2.42 horas. Tom Hanks va a entregar los premios de dirección artística y el de fotografía. Está mayorcito...

2.44 horas. 'Alicia en el país de las maravillas' se lleva el primer oscar de la noche, el de dirección artística... No me gustó nada la película, creo que 'Origen' le supera en todo y estaba nominada en esta categoría.

2.47 horas. ¡Y 'Origen' se lleva el de fotografía! Me alegro mucho, porque al menos esa obra maestra de Nolan se lleva una estatuilla. Creo que va a aspirar a poco más que algún técnico... y ya tiene el suyo.

2.51 horas. Estamos de corte publicitario. Anne Hathaway va a entregar enseguida el oscar a la mejor actriz de reparto. Hablando un veteranísimo Kirk Douglas.

2.57 horas. Melissa Leo gana el Oscar a actriz de reparto. No he visto 'The fighter', se me escapó la semana pasada, pero es un reto para esta semana. Dicen que era la gran favorita, pero Bonham Carter tambié lo hace muy bien en 'El discurso del rey'. Entrañable ver hacer bromas a un muy mayor Kirk Douglas.

3.01 horas. Según mi guión, ahora toca el turno de las pelis de animación, tanto el corto como el largometraje.

3.03 horas. 'The lost thing' se lleva el oscar al corto de animación. Había visto 'Day & night' y me pareció fantástico... pero se queda sin premio

3.06 horas. 'Toy story 3' se lleva el oscar al mejor largometraje de animación. Es el cuarto año seguido que Pixar se lleva esta estatuilla. La película está muy bien. El año pasado también vi la película oscarizada en esta categoría: fue 'Up'.

3.12 horas. Ahí está nuestro Javier Bardem. Va a entregar el oscar al guión original y el adaptado

3.14 horas. 'La red social' se lleva el primer oscar de la noche, el guión adaptado. Es uno de los oscar que más valoro, quizás porque soy periodista y escribo todos los días...

3.19 horas. 'El discurso del rey' se lleva el de guión original. Me gustó mucho la película, pero sinceramente creo que tiene mucho más mérito el guión de 'Origen'... aunque está probado que ante la duda, la Academia prima un tema histórico sobre algo sobrenatural o de ciencia ficción

3.29 horas. 'In a better world' gana el oscar a la mejor película de habla no inglesa, dejando a Bardem y a Iñárritu sin su premio por la durísima 'Biutiful', otra gran cinta de este año

3.30 horas. Reese Witherspoon, muy seria pero guapa, va a presentar el oscar a mejor secundario... esta gala va muy rápido... y me está aburriendo un poco

3.32 horas. Christian Bale se lleva el oscar. Me alegro por 'Batman'. Bale es un gran actor y tengo ganas de ver 'The fighter', de momento, la triunfadora de la noche con dos premios... pero quedan los principales premios...

3.34 horas. Por cierto, los dos oscar a actores secundarios o de reparto, para la peli del boxeador. Ahora me arrepiento de no haber ido al cine a verla antes de esta noche...

3.35 horas. Como dice Convoxo, 'Biutiful' es brutal, no sé si la danesa que ha ganado es mejor, pero desde luego, Iñárritu ha hecho una gran película, y muy dura. De todas formas, el propio director mexicano, por la dureza y crudeza de la cinta, ha dicho en la alfombra roja que con llegar hasta la nominación, ya estaba más que cumplido el objetivo...

3.39 horas. Salen Nicole Kidman y Hugh Jackman para presentar un reportaje de los oscar a la mejor partitura. Muy, muy seria y formal la gala, ni siquiera 'Lobezno' ha logrado romper el guión establecido. Van a entregar banda sonora original

3.34 horas. 'La red social' se lleva el oscar. Tendría que ver la película, pero la banda sonora de '127 horas' marca muy bien el ritmo de la película y la música de 'Origen', también... No sé, personalmente me ha decepcionado un poco.

3.45 horas. Salen Scarlett Johansson y Mathew McConaughey, que van a entregar dos oscar tecnicos

3.47 horas. Pues 'Origen' se lleva mezcla de sonido... la segunda estatuilla técnica para el film de Nolan, uno de mis directores preferidos.

3.49 horas. Montaje de sonido para 'Origen'. Doblete para el equipo de Nolan, que llevan tres premios esta noche. De momento sería la triunfadora pero, claro está, todos son técnicos... Va a estar muy repartido, eso sí.

3.53 horas. Cate Blanchett presentará los oscar de maquillaje y vestuario. Vamos con un poco de retraso. ¿'El discurso del rey' nominado a mejor vestuario? Si son trajes de corbata como los de actualmente

3.57 horas. 'El hombre lobo' se lleva el oscar al mejor maquillaje... sin haberla visto, lógico

3.58 horas. Diseño de vestuario para 'Alicia en el país de las maravillas'. Para mí, una película muy mala, pero una de sus virtudes es, precisamente, la categoría por la que ha ganado la estatuilla. En mi opinión, uno de los trabajos más discretos de Tim Burton.

4.04 horas. Es el momento del ¿me quedo o me voy a dormir? Están presentando las canciones nomiunadas, luego entregan los cortometrajes documental e imagen real... para seguir con más canciones, el in memorian... Yo me quedo, pero reconozco que empieza a 'hacer sueño'.

4.14 horas. 'Strangers no more' se lleva el oscar al mejor corto documental

4.15 horas. 'God of love', oscar al mejor corto de acción real.

4.22 horas. 'Inside job' se lleva el oscar al mejor documental. Jon Sistiaga decía que le encantaba porque habla de lo que ha ocasionado la crisis. Era la favorita, una cinta en la que Matt Damon hace de narrador

4.17 horas. Enseguida el oscar al mejor documental... pero menuda castaña de gag que están presentando los presentadores... lo dicho, no me está pareciendo nada divertida la gala.

4.26 horas. Robert Downey Jr. y Jude Law van a presentar los oscar a efectos visuales y mejor montaje. Antes sale Billy Crystal para explicar un nuevo cambio de decorado en el escenario, en conmemoración de la primera gala televisada. Queda poco más de una hora para que sepamos cuál es la mejor película del año.

4.33 horas. 'Origen' se lleva mejores efectos visuales. ¡Cuatro estatuillas! ... todas técnicas, esa es la letra pequeña.

4.35 horas. 'La red social' gana el oscar por el mejor montaje. Pues habrá que ver la película sobre 'Facebook'...

4.37 horas. En unos minutos, nos presentan los otros dos temas nominados a la mejor canción, y luego quedan los cuatro oscar más imporantes: actores principales, director y película. Queda el in memorian y poco más en una gala sosa. James Franco y Anne Hathaway han estado encorsetados.

4.41 horas. James Franco es que es inexpresivo. Parece que la gala no va con él cuando habla. Con lo bien que lo hace en '127 horas', esta noche me ha decepcionado bastante.

4.47 horas. La mejor canción, la de 'Toy story 3'. El ganador había sido nominado 20 veces y había ganado la estatuilla en una ocasión. Ha bromeado sobre eso en su discurso

4.50 horas. Llegamos al momento álgido. Antes llegará el in memorian, pero después se va a entregar el oscar a la mejor dirección. Lo presenta Kathryn Bigelow, que se convirtió en la primera mujer en lograr este galardón gracias a (la en mi opinión sobrevalorada) 'En tierra hostil'.

5.00 horas. Pues eso, que son las 5 de la mañana. En cinco horas me levanto... Hoy toca pasar sueño...

5.01 horas. Junto a Bigelow, presenta el oscar a la mejor dirección, la actriz Hilary Swank

5.03 horas. Tom Hooper se lleva el oscar y 'El discurso del rey' se perfila como la gran ganadora de la noche si, como es de esperar, se lleva mejor actor y mejor película. Lo sabremos en menos de media hora.

5.09 horas. Entregan los oscar honoríficos a Francis Ford Coppola, Eli Wallach y Kevin Brunloch... no hablan y se marchan a publicidad. Lo dicho, una gala sosa. Esperemos que en 2012 programen una entrega de premios más divertida.

5.12 horas. Jeff Bridges presenta a las nominadas a mejor acriz..

5.16 horas. Natalie Portman. Estaba cantado, pero es que se lo merece. Su actuación en 'Cisne negro' es sin duda de oscar. Me ha gustado muchísimo el cariño con que Jeff Bridges ha elogiado a todas las nominadas. Un actorazo que, junto a Kirk Douglas, ha sido de lo mejor de la gala. Portman tenía el discurso muy pensado, elogiando a sus rivales, su familia, su equipo... vamos que estaba claro y no por ello menos merecido.

5.20 horas. Sandra Bullock va a presentar el oscar al mejor actor protagonista. Veremos si este también va para Colin Firth, como figura en todas las quinielas...

5.25 horas. Pues lo dicho, el británico Colin Firth se lleva el oscar. El año pasado ya estuvo nominado por 'Un hombre soltero' y en 2011 ha logrado el premio. Bardem se queda sin su segunda estatuilla, pero creo que ya lo teníamos asumido. ¿Habrá alguna sorpresa? Pues ya sólo queda un galardón y hay una gran favorita...

5.31 horas. Steven Spielberg va a presentar ese último oscar. Por cierto, muy británico el humor de Firth, que acabó su discurso con un "ahora os dejo porque tengo emociones que atender fuera de este escenario". Vamos, que va a romper a llorar o tiene una necesidad urgente de ir a orinar. No era para menos... acaba de ganar un oscar. Creo que 'El discurso del rey es la triunfadora'... falta por saber si es la gran ganadora de la madrugada... Lo sabemos en cinco minutos y nos vamos a dormir.

5.36 horas. Pues 'El discurso del rey' se lleva el oscar a la mejor película, la gran favorita. Por cierto, Steven Spielberg ha usado la fórmula de 'and the oscar goes to', mucho más bonita y mítica que el 'and the winner is'... me alegro y a ver si sirve de ejemplo.

5.40 horas. 'El discurso del rey' se ha llevado mejor película, director, guión original y actor, convirtiéndose en la ganadora de una noche en que 'Origen' también se ha llevado cuatro estatuillas, todas ellas técnicas. 'La red social' ha ganado tres, y dos han ido a parar a 'The fighter', así como a 'Alicia en el país de las maravillas. Natalie Portman y Colin Firth son los dos mejores actores de 2010, coronados en una gala algo sosa presentada por James Franco y Anne Hathaway. Esto se acabó. Con la ceremonia ya finalizada, damos por acabado este directo, que espero repetir en 2012. Un saludo a todos los lectores y seguidores de 'Con vistas al Mandor'.








martes, 15 de febrero de 2011

Carta de presentación de 'FC Mosh'

Muchos estaréis ahora flipando. Sobre todo, quienes me seguís desde hace mucho tiempo en 'Con vistas al Mandor'. Tengo la intención de reactivar ese espacio, que ni mucho menos va a quedar en el olvido, pero para el que tengo que encontrar algo de espacio. Este nuevo proyecto forma parte de una de mis pasiones (actuales), pero que podría haber visto la luz hace ya varios años.
Me hubiera encantado jugar a la comunicación, mi profesión en la vida real, durante mi etapa en Hattrick. De hecho, había comunicados del equipo. En mi eterno complejo de Peter Pan, ahora comparto con mis amigos la pasión por otro juego, el 'Comunio', donde en la temporada 10/11 dirijo seis equipos.
Mi nuevo proyecto blog, www.fcmosh.blogspot.com, forma parte de ese juego, sin más pretensiones. Va dirijido a mis compañeros de Comunio y, como siempre, está abierto a cualquier comentario. Cualquier otro texto crítico o narrativo que elabore, seguirá siendo publicado a través de 'Con vistas al Mandor'.
Asimismo, el blog de FC Mosh dará noticias diarias y rigurosas sobre esta marca, que empleo en la actualidad en el Comunio como en el pasado lo hice en Hattrick, pero que en el futuro puede servirme como identificativo en otros juegos. Para los que estéis pensando, sí, soy un friki. Y diría más: estoy orgulloso de ello.

viernes, 21 de enero de 2011

Soy Isabella

Ocurrió una noche de otoño
de esas en las que el viento de Valencia te hiela
escuché a lo lejos el llanto de este retoño
que clamaba: '¡Ya estoy aquí, soy Isabella!'

Para tus papis eres un regalo del Cielo
te acunan con esmero y celo
durante meses esperaban a su niña bella
para presentarla al mundo: '¡Esta es Isabella!'

Ahora que ya estás aquí
y es que todo llega
tu familia ansía ese momento feliz
del primer : '¡Papá, mamá, soy Isabella!'

Que te vaya bonito en la vida
salud y amor en ella tengan cabida
y que cada noche antes de que duermas
pidas a Jesús: '¡Cuídame, soy Isabella!'

NOTA: No suelo publicar y, por lo tanto, escribir poesías o canciones. Esta es mi segunda, la primera se la dediqué a Maggie. Seguro que hay gente que escribe versos mil veces mejor que yo, con criterio técnico (yo por ejemplo no me detengo en la métrica)... pero bueno, estas creaciones son mías, como todos los textos, y tienen un sentido especial. Esta la recité (fatal y con muchos nervios porque jamás he recitado poesía) durante la presentación de mi sobrina Isabella en la Iglesia Adventista de Valencia-Vives.

miércoles, 12 de enero de 2011

El viaje de nuestras vidas. Epílogo: Los ángeles de Aravaca

No recuerdo el momento. Ocurriría algunos minutos después de que despegase el avión de Cancún sin que nosotros hubiésemos percibido el aroma de sus playas. Lo cierto es que nos dormimos. Casi por inercia, había apagado el móvil después de enviar los últimos sms: 'Volvemos a casa'. También había dejado un mensaje al chaval que nos vendió el viaje: no voy a hablar mal ni bien de él, simplemente creo que cometió un error que nos metió en todo esto.
Lo cierto es que cuando despertamos, quedaban un par de horas para aterrizar en Madrid. Logré desayunar, pero Maggie fue incapaz de probar bocado... de nuevo. En un momento dado, un hombre se dirigió a mí: 'Perdona, ¿puedo ayudaros?'. Le conté a grandes rasgos nuestra historia y me dijo que era piloto y que la aerolínea que nos dejó embarcar, debía devolvernos el precio del viaje, al menos el de ella.
Le dimos las gracias, a él y a la tripulación del vuelo, que nos trató genial. El avión había aterrizado en Barajas. Vivimos otro mal momento. El de la recogida de los equipajes. Mientras esperábamos las maletas, vimos a varias parejas rescatar las suyas junto a algún que otro sombrero mexicano. Regresaban sonrientes de una semana en un paraíso al que no pudimos llegar por un jodido papel.
Encendí el móvil. Hablé con el chaval de la agencia, que intentó por todos los medios que pudiésemos volar de nuevo al día siguiente. Pero necesitábamos el visado mexicano. Estaba la primera en la lista porque había sido esa última llamada desde México: 'Vanessa Pérez'.
'¿Cómo estáis? Cansados, me imagino. Mira, he llamado a la embajada y está difícil. Llamad vosotros y que os expliquen, y cualquier cosa, ya me decís'. Si algo he podido comprobar en esta dura experiencia es que los amigos son aquellas personas que están en los momentos difíciles. Que aunque no los veas durante meses, sabes que no te van a fallar. Y Vanessa, sin olvidar a su marido, Jaime, se portaron no de diez, ni de matrícula, sino de lo siguiente.
No quiero aburrir a nadie, ni a mí mismo, narrando las vueltas que dimos por Barajas, ni las llamadas a la embajada de México o la noticia de que, casualmente, el vuelo a Cancún del martes estaba completo. Lo cierto es que lo de volver a Madrid a por el visado y regresar al día siguiente, no era tan sencillo como había sugerido la arpía de la aduana.
'Vane, dinos dónde vivís y vamos'. Habíamos decidido aceptar la invitación para hacer noche en casa de nuestros amigos y buscar el nuevo destino que nos llevaría a Tenerife. '¡Qué cojones, vamos a por vosotros al aeropuerto!' Jaime es demasiado grande para mí, pero a Vanessa, por poco la estrujo cuando la abracé.
Estáis en vuestra casa!'. Fue la frase que más repitió durante las 36 horas que nos alojamos en su piso de Aravaca, una localidad en el área metropolitana de Madrid. Nos invitaron a cenar la primera noche ('eso para que olvidéis el mal trago') y la segunda pagamos nosotros. Nos reímos y por un rato olvidamos nuestra pesadilla en Cancún.
Esa primera mañana, Vanessa nos había preparado un desayuno imperial, ¡y vaya si lo era!, y después visitamos el centro de Madrid. Al día siguiente, Jaime nos llevó a Barajas para volar a Tenerife. De regreso, nos volvieron a acoger una noche. En la vida hay gente con la que mejor no cruzar palabra. Les sudará la entrepierna mis palabras, seguro, pero estoy satisfecho de no contar entre mis amigos a tres impresentables como los responsables de aduana del aeropuerto de Cancún.
Durante esas horas, y días después, recibimos el cariño de nuestra familia y muchos amigos, algunos de los cuales han conocido nuestra historia a través de este relato que necesitaba escribir para pasar página definitivamente. No dudo que la mayoría de ellos hubieran deseado hacer algo más por nosotros. Permitidme que, a modo de gracias, dedique este relato a Jaime y Vanessa, que nos mimaron en esos momentos duros. Serán para siempre, nuestros ángeles de Aravaca.