sábado, 21 de septiembre de 2013

Don Rodrigo me deja sin agua caliente

Estoy cabreado. Indignado y con una sensación de impotencia, pensando que no tengo agua caliente en casa por una puta cláusula de un seguro que sólo sirve para pagar. A eso volveré más tarde porque, mientras a unos nos escamotean un puñado de euros, otros viven como reyes cuando, probablemente, deberían estar en la cárcel.

Llueve sobre mojado. Hoy leía un reportaje sobre el nuevo braguetazo empresarial de los exministros Josep Piqué y Rodrigo Rato. De este último recuerdo una presentación del Aspar Team, equipo de motos que patrocinaba Bankia, en Madrid. Estaba hablando con una copa en la mano y rodeado por cuatro 'monos'. Cuando los periodistas pedimos que nos atendiese un minuto para hablar de la esponsorización, uno de los guardaespaldas nos comentó: "Ahora Don Rodrigo está ocupado, en un rato les atiende". Me sentí por un momento en otra España. Don Rodrigo no nos atendió.

Ese hombre está ahora imputado por su gestión al frente de Caja Madrid y Bankia, la cual se califica por si misma si nos vamos a la hemeroteca de los últimos años. Curiosamente, esta misma semana ha entrado en el equipo de asesores del Banco Santander. Según un reportaje que este viernes han publicado los regionales de Vocento, y que yo he leído en Las Provincias, Don Rodrigo podría cobrar por ello 200.000 euros.

El hombre bajo cuya dirección Bankia entró en la UVI, cobrará ahora una pasta por aconsejar al Santander. Y nadie dice nada... basta con leer el reportaje que os digo para hallar una explicación: entre un 20% y un 30% de los consejos de administración de las 70 grandes empresas de España están integrados por expolíticos.

Me da vergüenza y asco. Dice mucho de nuestra clase política, pero también de nuestra sociedad. Y vuelvo a mi instalación de agua caliente. Mientras el Santander va a pagar Don Rodrigo 200.000 pavos al año, a mí su aseguradora me ha tumbado hoy una reparación en casa que no llega a los 200 euros. Seguro que me tocará pagarlos a mi y, además, este fin de semana me quedo sin agua caliente.

Resulta que tengo una tubería rota, que vierte agua tras unos azulejos, pero como los daños no han salido todavía a la luz, la aseguradora dice que no existen. Y si espero a que salgan, que saldrán, la considera que cometo una negligencia porque ya sé que tengo una avería. Con buenas palabras, una señorita me ha dicho por teléfono un 'te jodes y pagas, pero cuando llegue la letra del seguro, pagas tú también'. Aunque quizás sólo sirva para desahogarme, le he dicho a esta empleada que son unos sinvergüenzas, y que con ese servicio, ella se quedará en la calle porque al final con ese servicio la gente se dará de baja en el seguro.

No sé lo que pensáis. ¿Me habré excedido? ¡Pobre gente esta del Santander! Igual no tenían suelto para pagar mi reparación. Se lo ha llevado todo calentito Don Rodrigo esta semana. ¡Qué asco!

lunes, 9 de septiembre de 2013

Políticos y deporte (I): Batacazo olímpico

El batacazo de Madrid como sede para los Juegos de 2020 me lleva a hacer dos reflexiones claras que expondré en los próximos días en este blog personal. Son opiniones independientes, de un ciudadano normal, que -gracias a Dios- puede trabajar a diario y tiene sus preocupaciones. Ahí va la primera.

No diré que me era indiferente si Madrid organizaba o no los Juegos de 2020. Para mi profesión siemprer es bueno que ocurran cosas lo más cerca posible de mí y he de admitir que me hacía cierta ilusión acreditarme para un evento de tal envergadura. Luego está el estrés que habríamos pasado, o el debate sobre si ante la grave situación económica del país era idóneo o no gastar dinero público en un gran evento deportivo.

Dejo para los analistas las razones y conjuras palaciegas que han dado los Juegos a Tokio. Hoy me voy a centrar en el nivel de la clase política española. A cierta hora de la tarde, creía que lo había visto todo con la exposición del presidente Mariano Rajoy. En español (sí, un presidente del Gobierno no sabe más idioma que el vernáculo), torturó a los miembros del COI con un discurso propio del debate sobre el estado de la nación. Expuso lindezas sobre el crecimiento (se referiría al del paro) y afirmó que nuestro país es líder en exportaciones (contará a los miles de jóvenes que se 'autoexportan' porque no encuentran trabajo).

Mariano Rajoy sonrojó a todos los españoles quedando en evidencia que miente o, cuando menos, manipula la realidad. Dio un discurso fuera de lugar ante un centenar de señores a los que tomó por estúpidos y tales atrevimientos ante gente que no te debe nada, se pagan. Claro está, que a cierta hora dudo que los miembros del COI se acordasen ya del presidente.

Con lo de Ana Botella y su clase de 'Aprende inglés con Muzzy' ya tenían bastante. Hoy leía en Twitter a la jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro lo dolida que estaba por las 'bromitas' sobre Madrid 2020. Estoy de acuerdo con que lso deportistas que sentían la candidatura como algo suyo no les hará ninguna gracia que estemos de guasa... Pero es que ante esperpentos como el de la señora alcaldesa, los españoles estamos aprendiendo a reír por no llorar.

¡Claro que me da vergüenza que esa señora me represente! Pero prefiero reír ante su 'relaxing cup of café con leche', o su entonación a lo Leticia Sabater. Porque si me lo tomo en serio, llego a la conclusión de que no es de recibo que esa mujer figure un minuto más como alcaldesa de una de las capitales más importantes del mundo. Y aquí llega mi reflexión: como la señora Botella, muchos de nuestros políticos no están a la altura.

¿Se imaginan a una importante multinacional contratando a Ana Botella tras una entrevista de trabajo del perfil del discurso del sábado en Buenos Aires? ¿Contrataría alguna gran firma a Mariano Rajoy como director general? El problema, en mi opinión, es que hay muchos que hacen carrera en la política porque en la empresa privada lo tendrían complicado para acceder a un puesto mínimamente cualificado. Y luego, nosotros les votamos. Así nos va.

PD. Este no es un raje a ningún partido en concreto ni a los políticos en general. Hoy, sin ir más lejos, he hablado con un buen político. El problema es que los que empujan para salir en la foto y, a la postre, los que más salen, suelen ser los más inútiles.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Regreso

Escribo estas líneas a minutos de rastrear el armario y rescatar uno de mis pantalones largos, a los cuales he marginado durante los últimos 31 días. Se acabó. Hoy toca volver al tajo. En apenas una hora regreso a las largas jornadas hasta la medianoche. Recién pasada esa frontera entre agosto y septiembre, me encontré con un compañero y amigo del periodismo. Estaba en la heladería La Caseta de.l'Eliana degustando los últimos instantes de asueto -eso y una deliciosa leche merengada- cuando me saludó Rafa Montaner: "¿Qué tal, Moisés?". La respuesta, típica y llena de melancolía: "Aquí, apurando lo bueno, que vuelvo mañana".
Ambos torcimos el gesto al unísono porque los dos sabemos cómo es la vida cotidiana dentro de las trincheras del periodismo: la redacción, ese lugar al que cada día llegas sin saber qué sorpresas te aguardan y a qué hora saldrás. Imagino que en unas horas me invadirá eso que llaman síndrome post vacacional, que no es otra cosa que añoranza de los días de playa, tardes de lectura o noches a la fresca; cervezas heladas, horchatas con fartons o paellas junto al mar.
No han sido mis mejores vacaciones. ¡Cómo hemos echado de menos la escapada a Asturias de 2012! Sin embargo, las hemos disfrutado, según diría alguien 'trambóliko', como hemos querido. Y en la puerta de acceso a la rutina, este pretende ser un pequeño ejercicio para no tomarse el regreso al trabajo como el inicio de 11 meses de penitencia. En estos tiempos, tomármelo así me parece una falta de respeto a seis millones de personas que añoran la vuelta al tajo. Tampoco cantaré lo de 'silbando a trabajar' de los enanitos de Blancanieves. Simplemente es lo que toca.