lunes, 8 de febrero de 2010

Nueve claves de 'Nine'

'Nine' es una de las apuestas diferentes y, por lo tanto, arriesgadas de cara a la inminente gala de los Oscar. Quizás ese sea su gran mérito junto al de una presentación cuidada. En muchos aspectos, la película de Rob Marshall decepciona y voy a dar nueve, no todas por supuesto, que me han llevado a considerar la cinta como un producto pasajero, que no dejará huella como sus predecesoras 'Chicago' o 'Moulin Rouge'.
1. El musical es un estilo arriesgado. De por sí y por pura definición. Por ello, este registro cayó en desuso durante los 80 y los 90. Parecía extinto pero, como el western, la ciencia ficción o las películas bélicas, tiene un vivero de fans muy especializado y suele vestir muy bien para las grandes citas. Títulos como los ya citados, o los más tenebrosos 'El fantasma de la ópera' y 'El barbero diabólico' de Tim Burton han contribuido a mantener vivo el musical. 'Nine' es un subproducto muy inferior a las cuatro anteriores.
2. Un director experimentado. Hablando de musicales, Rob Marshall encara su segunda superproducción en este estilo. Triunfador con 'Memorias de una geisha', se salió con la oscarizada 'Chicago'. El trabajo era difícilmente superable y, claro está, no lo ha hecho. Ha estado a la misma altura en la música y los bailes, no en el argumento.
3. Puesta en escena y coreografías muy cuidadas. Sin duda lo mejor de la película. Para el que le guste el baile o haya estado enganchado al reallity 'Fama', los actores (tanto primeras espadas como extras) dan sopas con honda a los chavales de la academia. Si a esto le añadimos un colorido cuidado y acertado, junto a los temas musicales elaborados con esmero, dan unas coreografías, en opinión de un no entendido, que rozan la perfección.
4. Nuestra Penélope. Después del bailecito que se marca, ya nadie la tildará (¿alguien lo hacía?) como una chiquita casta e inocente. Su coreografía obligará a más de un puberto a poner el pause e ir raudo al baño para protagonizar un improvisado cinco contra uno. La madrileña está bien en su papel, con un momento dramático donde vuelve a bordarlo, pero se me antoja algo exagerada su nominación para el Oscar.
5. Héroe y villano. Tanto el personaje como quien lo interpreta. Centrándonos en Daniel Day-Lewis, creo que le hizo demasiado daño su papel, así como la injusta nominación, por la lamentable 'Pozos de Ambición', una película caótica y sobrevalorada. El actor es de los que reconoces su talento, pero por alguna razón no acaba de convencerte. Justo es decir que el intérprete borda su coreografía y encarna con acierto a Guido Contini, pero da la sensación de que el papel tiene más jugo y no ha sido bien exprimido.
6. Reparto envidiable y desaprovechado. Especialmente en el apartado femenino, el elenco invita a ir al cine. Además de Penélope, aparecen Judi Dench, Marion Cotillard, Sophia Loren, Fergie Kate Hudson y Nicole Kidman. La presencia de muchas de ellas es testimonial, como si se tratase de un cameo. Dicho sea de paso, la española y la francesa, que encarnan a la amante y la esposa de Contini, respectivamente, destacan sobre el resto. También hay que tener en cuenta que sus papeles eran los más lucidores.
7. Siempre quedará la duda. He leído que Marshall quería a Javier Bardem para el papel de Guido Contini, pero el español rechazó el papel porque estaba exhausto tras la promoción de 'No es país para viejos'. También sonó Antonio Banderas, que también hubiese encarnado de forma más creíble al director italiano. De todas formas, sus compañeros de reparto hablan muy bien de Day-Lewis. Cuestión de gustos.
8. Argumento insulso y camuflado. No vamos a desvelar detalles por si alguien quiere verla, pero desde la premisa de que Contini había perdido la inspiración, el nudo y el desenlace son de lo más previsible. El punto de partida de un artista sin ideas también está algo manido en la historia del cine o de la literatura. En ese sentido, la película no pasaría de mediocre comedia de sobremesa si no fuese por las coreografías. Claro está, para un no amante del musical, esta circunstancia contribuye a que la cinta acabe resultando tediosa.
9. Benévolo con el metraje. Rozando las dos horas, supone un tiempo aceptable. Otros musicales se han ido a los 180 minutos, pero es que aquí no había mucho más que contar. Incrementar el metraje hubiese dado como resultado una película hinchada y con demasiados temas musicales, pues argumentalmente no creo que se pudiese aportar mucho más.

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