miércoles, 30 de diciembre de 2009

El hombre del año

Hay pequeñas localidades del mundo que pasan a la historia sin pretenderlo, por pura casualidad. Hace poco menos de 40 años, Sampedor vivía otra Navidad, otro final de año ajena a que iba a pasar algo inusual. Poco después nacería Josep Guardiola. Un vecino más, otro catalán, un niño sin tarjeta de visita ni pedrigrí.
No voy a contaros la historia de Pep. Se han escrito en los últimos meses muchos reportajes sobre él. Para eso es el hombre de 2009... no sólo para este blog. Creo que la opinión debe ser unánime y por varias razones.
La primera es que los personajes más relevantes no han traído la paz al mundo (por mucho que les den un nobel), ni nos han sacado definitivamente de la crisis, ni han encontrado el remedio contra el SIDA. Ni siquiera han logrado que cientos de miles de personas fenezcan o malvivan por la escasez de alimentos y agua que se desperdician en occidente.
Descartados los hombres y mujeres importantes, busco mi personaje del año en el arte, la literatura, el cine... hay gente que ha hecho cosas sorprendentes, pero no llega al nivel de Pep. Guardiola ha ganado seis títulos. De eso también se ha escrito muchísimo. Nadie lo había logrado. Pero tampoco se merece el premio por eso.
Calló muchas bocas de quienes recelaron de su nombramiento, allá por junio de 2008, y empezaron a criticarle tras la derrota en Soria y el empate frente al Racing. Pero ha estacado por callar otras voces contaminantes. Segó sin piedad sucesivamente a Deco, Ronaldinho y Eto'o, hombres con peso en el vestuario del Barça, que lo habían dado todo por el club y queridos por la afición. Si se equivocaba estaba sentenciado, y no le tembló el pulso.
Reconstruyó el vestuario. Xavi y Puyol brillan a su mejor nivel cuando ya habían marchitado, ha destapado a Piqué como mejor central del mundo y ha descubierto perlas de la cantera como Sergio Busquets, Jefrén y Don Pedro. Ha sabido heredar al hijo descarriado de Rijkaard (hay que reconocerle el mérito al holandés que pecó de blando), lo ha llevado al psicólogo y ha pasado de bala perdida a cirujano de fama mundial.
Pero tampoco esto es lo que le da este premio. El galardón se lo lleva un tipo llano y normal. Con sus aficiones y sus manías, Pep Guardiola, al que ya sólo le queda ganar con una selección tras un año y medio en la élite de los banquillos, se resiste al circo mediático. Tímido o altivo, se resiste a salirse del guión. Celoso de su vida privada y distante con los medios de comunicación que le exaltan. Sus amigos, principal fuente para los compañeros que han escrito sobre el míster del Barça, dicen que es un buen tipo.
El único error es ese: los amantes del fútbol y hasta los que no lo son estamos deseando leer una entrevista a Guardiola. Realizada por alguien de peso, ni madridista ni culé, bien preparada, en la que Pep hable de todo un poco sin hacerlo con la barrera que siempre supone la mesa de la sala de prensa. No parece que eso vaya a ocurrir, la menos por ahora. Y como eso es sólo un pequeño error sin más de todo un triunfador, concedo al chico de Sampedor el título honorífico y sin valor ni prestigio alguno de Hombre del Año 2009 de Con Vistas al Mandor. Se lo merece.

1 comentario:

  1. jajaja... Me ha encantado volver a leerte!! Totalmente de acuerdo con el premio... también te digo que se lo daría por más cosas, pero son cosas de chicas!! ;)

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