lunes, 21 de diciembre de 2009

Las especies de las cenas navideñas de empresa

NOTA ACLARATORIA: Cualquier parecido de este post con una situación de la vida real es coincidencia. El texto está redactado a partir de reportajes televisivos y radiofónicos y en ningún momento se pretende aludir a ninguna persona cercana. Se han tratado de eliminar frases que pudiesen resultar hirientes a alguien, pues esa no es la intención del autor


El agua rebota en la ducha hasta que una mano se interpone en su trayectoria. Está desnudo, el calentador aún no ha completado su tarea y hace un frío que pela. Tras un minuto que parece eterno, entra en la gloria. El calor le inunda y sólo hay unos instantes en el que el paraíso se disipa: cuando cierra el grifo para enjabonarse.
Después de la ducha elige unos gallumbos de marca, se fija que en que los calcetines no tengan una patata en el talón y se ajusta con cuidado los pantalones y la camisa nuevos. Mira con minuciosidad el espejo hasta que la barba de un día queda perfectamente igualada y está correctamente peinado, se pone los zapatos y el abrigo antes de salir a la calle. Esta noche va a triunfar. Va a por la compañera del ordenador de enfrente, la de las miraditas morbosas pero con la que no ha llegado a tomar ni un café de tarde. Y si el plan falla, alguna caerá. Para eso son las cenas de empresa de Navidad.
El ya descrito es el buitre, el águila, el león o tigresa... o cualquier otro depredador. De género masculino o femenino, y por mucho que lo niegue cuando aún no ha empezado a correr la cerveza y el vino, va a la cena de Navidad a pillar. Quiere reírse hasta cierta hora, pero la intención es acabar la noche o recibir el día inmerso en un tórrido revolcón casual de en tu casa o en la mía... o un hotel si hay anillo de por medio.
Esta es sólo una de las especies de las cenas navideñas. ada uno las afronta y las gestiona a su forma. Estos eventos derriten la coraza. El alcohol y la fiesta hacen mella. No existe el ridículo. Pero en medio del desfase, siempre te llevas alguna sorpresa, para bien o para mal. A mí me pasó este año y el imprevisto me sirvió para conocer un poco mejor a alguien a quien, conforme pasan los días, estoy más agradecido.
En un momento de la madrugada tuve mi crisis. Me encontré fatal sin entrar en más detalles. En aquellos instantes en que quería estar sólo, un compañero que podría haber sido director de El Caso se empecinó en quedarse a mi lado. Paseó conmigo, me ayudó y estuvo gran parte de la noche interesándose por mi estado.
Desde este 21 de diciembre, veo a este compañero con otros ojos. Ya le tenía gran cariño, pero su pequeño detalle es el que le delata como un gran tipo. Tengo que decir que muchos otros me preguntaron por cómo me encontraba. Entre ellos mi jefe, el que me cedió reino de los pueblos hace algunos años.
Este post era bien diferente. Sin querer, podía herir sensibilidades y él me llamó ayer para avisarme. Entre Rickys y Bombas, también nos metemos con él por su susceptibilidad. Pongamos sea así, pero ese instinto le empujó a llamarme por teléfono y sus palabras me hicieron reflexionar. También le doy las gracias.
Esta reflexión empezó el viernes pasado. Cuando estamos en la ducha, antes de acudir al restaurante, no lo pensamos. Pero lamentablemente hay quienes por alcohol o por lujuria convierten en una pesadilla familiar unas fiestas diseñadas para soñar y disfrutar con sus más allegados. Por eso, quiero darte la enhorabuena si tras la cena de empresa has vuelto a casa con los tuyos... aunque hayas tenido que pagar los excesos con un resacón de tomo y lomo. Y yo doy gracias a los amigos que me apoyan en Navidad... pero también durante todo el año.

1 comentario:

  1. Lamentablemente (o no), yo no puedo acudir a mis cenas de empresa de navidad con ese cometido. Hay que mantener las formas. Aun asi es cierto y triste como se pueden perder los estribos y dejar una vida feliz por el morbo que pueda ocasionar situaciones como esta. Tengamos siempre la mente y otras cosas frias (yo la primera) para saber apreciar lo que tenemos antes de perderlo. Muy buena Mosh!

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