sábado, 9 de enero de 2010

La redención de James Cameron

Había una vez un director al que un productor confió muchos, muchísimos millones de dólares. Tantos que la película, aún cuando nadie la había visto, estaba destinada a ser un éxito. El cineasta invirtió el dinero en los mejores efectos especiales del momento y en la contratación de dos actores emergentes. La criatura resultante fue 'Titanic'.
La cinta se ha convertido en película de culto. Equiparada a 'Ben-hur' tras llevarse 12 Oscar, entre ellos el de mejor director y película, la obra tiene más de una década después cientos de miles de fans... pero también de detractores.
Para el que escribe, 'Titanic' no es sino una empalagosa historia de amor convertida en superproducción a golpe de talonario y de efectos especiales que, por cierto, no siempre están logrados. Falla en los pequeños detalles y en los actores. Leo di Caprio estaba por aquel entonces más pendiente de molar a las quinceañeras que de actuar y Kate Winslet tampoco se salió. Ella se quedó sin la estatuilla y él ni siquiera fue nominado. Por lo menos en eso hubo justicia.
James Cameron, deseándolo o no, se ha redimido 13 años después. Acaba de estrenar 'Avatar', película que parte de las mismas premisas que la del hundimiento del 'Titanic': dinero y efectos especiales. El cineasta ha elegido un reparto más modesto, donde la cara más identificable es la de Michele Rodríguez y encarga a un personaje secundario. Respecto a los protagonistas, Sam Worthington ha participado en la última secuela de Terminator y Zoe Saldana formó parte de la tripulación de la 'Perla Negra' en 'Piratas del Caribe'
Los efectos, después de ver la edición digital y no la de 3D, son sencillamente brutales. Cae también en el drama romántico y meloso, pero no llega a empalagar porque el guión no se centra de forma enfermiza en la historia de amor.
'Avatar' toca temas candentes como la ecología y la injusticia que suele imprimir el poderoso o el que se lo cree sobre los más modestos. Algún cliché de película yanki amenaza con empañar 'Avatar' pero no lo consigue. Estrenada en la recta final hacia los Oscar, parece que tenga adjudicados los premios técnicos, aunque el género, la ciencia ficción, siempre es un duro hándicap para optar al resto de las estatuillas.
Pase lo que pase en esta gala y en la de los Globos de Oro, 'Avatar' ya ha supuesto un antes y un después. Los efectos de nosecuánta generación impresionan, aunque en la edición 3D existen opiniones dispares: hay quien dice que marea y otros que la sensación es sencillamente brutal. Lo importante es que alguien se ha atrevido a aplicar esta tecnología en películas de calidad fuera de las de animación y los conciertos de rock.
Pero lo más importante es que su extenso metraje (166 minutos) no da pie en ningún momento al aburrimiento. Realicé un ejercicio: mirar el reloj cada vez que considerase que había transcurrido un cuarto de hora. En alguna ocasión lo hice 30 minutos después.
Para los alérgicos a las superproducciones, 'Avatar' ofrece todo lo contrario: una pomada para rebajar la hinchazón después del anterior blockbuster del momento. James Cameron ha realizado una obra de arte, todo lo contrario que la segunda entrega de los pseudo lobos y vampiros. 'Luna Nueva' está claramanete rodada con el objetivo de buscar el éxtasis frenético y el orgasmo de las quinceañeras.
Los personajes principales se pasan media película mostrando torso que, por otra parte y tras ver todas las secuencias, está claramente retocado con Photoshop. La saga, hay que reconocer, no arranca de una mala idea y tiene atisbos interesantes. Si la autora hubiese gestionado mejor la leyenda de los vampiros y los licántropos, probablemente le habría salido una historia mucho más interesante. Entre eso y que la película va dirigido a un público objetivo muy claro, a muchos no puede sino causarnos estupor. Siempre están los términos medios, a los que les gustó la película sin llegar a venerarla.
Yo en mi caso, prefiero redimir a James Cameron. Me hizo sufrir con 'Titanic', pero 'Avatar' me ha hecho volver a reforzar mi idea de que las superproducciones no siempre tienen por qué ser productos malos destinados a atracar en taquilla. El siguiente, la reinvención de Sherlock Holmes, me causa recelo. Ya veremos.

1 comentario:

  1. Me encanto, la vi en 3D. Yo que soy propensa a marearme, lo hice un poco, pero tengo que decir, que sin mas me quede anonadada. 2 horas y 40 minutos de diversion sin mirar el reloj. Exitazo de taquillas

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