Instantes de las Fallas

Abro los ojos. Suena el despertador que me va a martillear durante la próxima media hora en intervalos de cinco minutos. Noto el olor a pólvora en mi deslabazada melena. Las legañas aún deben tener el gustillo a buñuelos. Me resisto a probarlas por razones obvias, pero lo pienso. Reflexiono. Por pequeños instantes, las Fallas 2010 han sido para mí, probablemente, las mejores de la última década.
Sin fiesta pero con risas. Falleros y no festeros han reventado la noche. Se les ha hecho de día medio o borrachos del todo. Yo no he disfrutado de ninguna verbena, pero me he reído muchísimo con mis amigos y mi novia. No he ido a la Ofrenda, ni formo parte de ningún casal... sin grandes alardes y pese al trabajo, lo hemos pasado genial.
El mal trago. Cuanto antes mejor. La Nit del Foc, al menos una parte. Luego nos reímos mucho durante un pseudobotellón y mientras degustábamos los penúltimos churros con el espectáculo que regaló mi hermana a la ciudad de Valencia. Si la pilla una cámara, ahora sería famosa. Hasta ahí puedo leer. Salí de trabajar tarde y llegué con el castillo iniciado, por lo que no lo pude ver con Maggie. Eso le molestó y estuvimos media horilla como mosqueados. Sin duda, lo peor de la semana.
Aplauso de nuevo al nefasto servicio de metro de Valencia. FGV (la empresa pública que lo gestiona) es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Las dos horas previas al castillo, el metro fue un caos. Trenes repletos que paraban en las estaciones sin que la gente pudiese entrar, lo que provocó conatos de peleas. Eso, en un andén, siempre es peligroso. Luego los convoyes tardaban una eternidad en salir porque la gente no permitía que se cerrasen las puertas. Y para colmo, en la parada de Colón, los operarios comprobaban que cada viajero lo hubiese hecho con billete. Cola descomunal hasta para salir de la estacón. En 2009 ya ocurrió algo similar. Alguien debería reflexionar, rectificar o, si no sabe, dimitir. Vaticino el mismo problema para 2011 porque en esta Comunitat, si con 40 muertos no ocurrió nada, adivinad lo que sucederá ahora.
Las pinceladas de risas y buen rollo. Cuando esa misma noche comprobamos que Huguito, el sobrino de Juanan y Bea, va para Nobel o inventor de algo super importante. El tío es capaz de decir su nombre un mes después de nacer. Su tío nos proporcionó dos buenos momentos de jolgorio el día de la plantà cuando pronunció las mismas frases cursis a sendas desconocidas confundiéndolas con su novia: "A mí me gustan los ratoncitos" (en la falla infantil del Ayuntamiento) y "Ahora voy a ver la pequeñita" (en Convento). Tampoco estuvo mal el momento limosna.
Primer premio de buñuelos. Precisamente junto a esta comisión, que se ha llevado el primer premio de Especial. Los de las señoras de la tienda J. Bas, que hace esquina con Matemático Marzal. Os doy la referencia porque este es el segundo año que los pruebo y son la releche. Sólo superados por los de los clavarios de Llíria, aunque en esta ocasión me quedé sin ellos. El tercer premio, para los de las mujeres de L'Eliana. Y no, no me dan pena los que están de brazos cruzados, que se tendrán que comer sus churros cocinados en aceite requemado, mientras observan la cola del puesto de enfrente.
Injusticia en los premios. Acabó la tiranía de Nou Campanar y ganó Convento. No me parece injusto, pero sí creo que se ha infravalorado, y no es el primer año, el monumento de El Pilar. Pedro opina lo mismo... creo que debería estar en el podio.
La mascletà. La única que he visto fue un pensat i fet. Maggie salió del instituto el viernes 12 de marzo. Nos dio pereza, pero cuando vimos el autobús, ella me dijo: "Si vamos, ya porque no llegamos". Salimos corriendo. Compramos unos libros en Soriano y vimos la mascletà en el mismo sitio en el que me sentí muy solo durante otra hace ya tres años. Habíamos quedado a comer, pero estuvimos tentados en irnos al Kinépolis, como hicimos tras el primer espectáculo pirotécnico que vivimos juntos.
El deporte. El Valencia empató a 4 en Bremen y pasó a cuartos de la Europa League el día 18. Sin embargo, si algo me impresionó, fue la segunda partida del Bancaixa en Pelayo. Recordaré para toda la vida ese choque precioso entre los equipos de Pedro y Genovés II. El último juego se disputó mientras la mascletà resonaba de fondo.
La cremà. Nou Campanar y ya es tradición desde aquel domingo en que Juanan y yo, aún solteros, salimos de trabajar casi a medianoche y la vimos frente al Bioparc en medio de un atasco. Me alegro de cómo he vivido este 19 de marzo. Bunyolada y comida familiar, y cremà junto a mi novia, mi hermana y cinco buenos amigos más. Me ha hecho mucha ilusión charrar con Vanessa y tener con otra persona una conversación pendiente y necesaria para afrontar mejor el presente y el futuro.
El concurso y la música. Se han acabado las Fallas. Volvemos a la vida real, que no por ello es menos divertida. Manzanita de Moscú en mano, quedé último en el Buzz de forma injusta. Marquitos sabe mucho el tío y Perico tiene suerte (¡que no!). Bea se encontró con la victoria. Eso sí, en el Sing Star quedó demostrado que como cantante tengo muy poco futuro... ni siquiera como mal imitador de Jesús Cifuentes.
La visita a la Virgen. Antes de dormir, y pese a que me dio pereza, Maggie y yo visitamos la plaza donde la Mare de Déu aún luce con todo su esplendor el manto de claveles confeccionado con las flores de la Ofrenda. Impresiona y emociona. Pese a que no soy católico, me tocó los... que el último testigo de las Fallas estuviese anoche tomado por borrachos a los que incluso escuché blasfemar. El año pasado no fuimos, pero queremos convertir en un tradicional final de fiesta esta visita a la imagen de la mujer que trajo a Jesús al mundo. Con todo esto, un año más hemos vuelto a embelesar al mundo. Me siento sumamente orgulloso de ser valenciano.