viernes, 2 de octubre de 2009

El valor de una sonrisa

Siempre se ha dicho que la vida viene marcada por grandes decisiones que se toman en pequeños instantes. Hay otras elecciones, más cotidianas e insignificantes, que también acaban marcando lo que somos. El color de una camisa, o una frase en el currículum, incluso decantarse por el pedal izquierdo o el del centro, terminan caracterizándonos.
Ocurrió hace algunos días. En su momento me conmovió, luego pensé que era una chorrada, demasiado incluso para que apareciese en este espacio. Pero hoy no he podido resistirme a dedicar unos minutos a contaros esta fugaz anécdota.
Iba con prisa, como siempre. Me dirigía al Mandor, a mi sitio, a nuestro espacio, al lugar que me ha absorbido durante todo el mes de septiembre. Dos bolitas blancas que avanzan despacio amenazan con intermponerse en mi camino.
Las veo de reojo. Me da el tiempo suficiente para pasar sin aplastarlas. O no. Dudo un instante. El tiempo se para, contengo la respiración, pero el coche avanza. Durante unas décimas de segundo, dudo entre chafar a fondo el acelerador o frenar, entre parar o dejarme llevar y que se detengan ellos.
Decido lo primero. Muevo la palanca y dejo el coche en punto muerto. Piso el freno. El vehículo se detiene como si lo hubiesen fulminado y yo noto como mis músculos de la cara empiezan a contraerse mientras mi cerebro genera fórmulas de hastío y contrariedad.
No les puedo poner nombre ni reconstruir su vida, ni siquiera conozco su edad. Son mayores, ambos han sobrepasado las ocho décadas. Caminan por el paso de cebra, ajenos a lo que había ocurrido dentro de mi coche y a mis pensamientos.
Cruzan la calle despacito pero sin pausa, cogidos del brazo, cumpliendo el voto que hicieron hace ya muchos años, cuando prometieron que estarían juntos para siempre. Por un instante nuestras existencias se han cruzado, quizás para no encontrarse nunca más. Eso creía yo.
No los he vuelto a ver. Sólo fue un instante más. Un regreso al pasado inmediato, a los recuerdos que ni siquiera los peces con su fugaz memoria habrían podido aún resetear. Iba a meter primera y a acelerar cuando el tiempo volvió a pararse.
No pararon, ni separaron sus brazos, pero el señor giró el cuello con un movimiento ágil, quizás el único que le queda. Entre el pelo blanco de su poblada cabellera y de su gracioso bigote, el anciano guarda una simpatía perceptible en un instante fugaz como aquel en el que nos encontramos.
Pero lo que me conmovió, me dio un latigazo en el estómago y me generó un nudo en la garganta fue su sonrisa mientras asentía. Concisa, sincera, llena de amabilidad y de gratitud. Fue apenas un segundo. Luego se giró y prosiguió su camino hacia L'Eliana.
Me sentí pagado, correspondido. Ingoro, en caso de no haber parado, si la veterana pareja me habría maldecido. Lo importante es que decidí parar y descubrí en la sonrisa de aquel anciano que el mundo sería mejor si todos fuésemos más cívicos y amables. Ese señor no sabe que su simple gesto de gratitud tuvo para mí un valor incalculable.

6 comentarios:

  1. me emocionan las historias de ancianos como estas... simplemente son uno de mis puntos debiles...muy buena

    ResponderEliminar
  2. me conmoviste! el valor de una sonrisa es incalculable!!! muchas gracias por compartir tu experiencia. besos!

    ResponderEliminar
  3. NO sabía que tenías este blog, me ha gustado tu experiencia y gracias por compartirla moi.

    ResponderEliminar
  4. HERMOSA HISTORIA, LA QUE CUENTAS
    EN MEDIO DE TANTA COTIDIANIDAD ABSURDA, ES PRECIOSO RECORDAR LO QUE IMPORTA
    SALUDOS!!!!

    ResponderEliminar
  5. sabes que?? el otro día me pasó algo similar con una mujer q cruzó sin mirar por una de las calles de Riba Roja...tendría unos 40 años. El día, la semana en general, ya estaba siendo lo suficientemente jod... como para soltarle "fórmulas de hastío" y hacerla peor de lo q estaba siendo (e incluso, ha terminado)...su respuesta, una sonrisa inocente, hizo que el dia fuese diferente!Ojalá TODO el mundo fuese así. Seguro que todo iría mucho mejor. Me ha encantado tu reflexión =)

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias a todas por vuestros comentarios... mola que haya gustado esta entrada, tanto a mis seguidoras (sois todo 'ellas') como a la gente que comentó en Facebook. Un abrazo a todos y todas

    ResponderEliminar