viernes, 27 de marzo de 2020

Cuarentena en el Mandor (IX): Yo me quedo en casa

Esta tarde me he permitido robar una foto:


Es una foto que colgó hace algunos días mi cuñada Sara. La hizo en la habitación de mi sobrina Isabella, una niña de nueve años que desde el principio de esta (hay que reconocerlo) exasperante cuarentena entendió que algo grave está pasando. Sin comprender exactamente el alcance real de la situación, algo que yo creo que nos ocurre a casi todos incluyendo a los que nos gobiernan, la chiquilla colocó el hastag que ya circulaba por redes en su escritorio.
Sin estar aún enganchada a Instagram o a alguna red de la gente de su edad, que ellos el Twitter al ritmo que vamos lo van a ver ya como algo de viejos. Cuando le cuente que yo hablaba todas las noches con tia Maggie a través del Messenger y que para ello teníamos que estar pegados al ordenador, va a pensar que le hablo de la Prehistoria.
Aún recuerdo cómo ella, sin saber aún caminar, movía su dedito en la pantalla táctil en busca de los dibujos animados. Sin tener ni idea de lo que era Youtube, ya era capaz de buscar en el móvil y la tablet. Instinto de supervivencia 3.0. Y sin estar todavía embelesada con las redes, que le queda medio telediario aunque la frase también sea cosa de viejos, ella ha visto por ahí la etiqueta. Que sí, que también es de viejos decir etiqueta, porque toda frase que va precedida de # (almohadilla) con el fin de viralizarla es un hastag.
Pero sea lo que sea, ella ha comprendido que se tiene que quedar en casa y se lo ha querido poner bien cerca de su guarida. De su rincón. Para tenerlo siempre presente. Como todos, ella está harta de no poder salir a la calle para ir al colegio o a música, a dar un paseo y pedir que la lleve al kiosco o a merendar a la cafetería. Sabe que toca pasar por esta penitencia para que todo esto pase, para ganar al coronavirus y que se lleve las menos vidas posibles, que la factura ya es demasiado alta.
Hoy que empieza otro finde, lo que para muchos es sinónimo de fiesta y para otros tantos de deporte, piensa con la cabeza. Ya no por la multa sino porque esto hay que pararlo:
#yomequedoencasa
Si una niña de nueve años lo ha entendido a la primera, tú también puedes.

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