domingo, 29 de marzo de 2020

Cuarentena en el Mandor (XI): No he dormido una hora menos

Cada año cuando a estas alturas cambian la hora, alguien te hace la típica broma: "Hoy dormimos una hora menos". Esta vez no fue una excepción, a lo que respondí: "Pues yo lamentablemente voy a dormir más". Y así ha sido, porque este 29 de marzo lo tenía marcado en mi calendario. El despertador tenía que sonar a las 5.30 horas, a lo que Maggie respondería adormilada: "¡Madre mía, tú estás loco!". Me habría bajado a desayunar, a atender las necesidades fisiológicas y a vestirme. Habría recogido a mi cuñado Juan Marcos, quizás también a David y Natacha. Habríamos ido a Navajas a por el dorsal, los habría llevado a Barracas, donde posiblemente habría hecho una parada de nuevo para las necesidades fisiológicas y después habría ido a Caudiel. Sí, hoy era la fecha marcada para la penúltima parada del #RetoVíasVerdes, pero el maldito Covid-19 me ha dejado un rato más en la cama.

Y debo estar contento, porque mi lecho es cómodo, el que he amoldado a mí y el que comparto cada noche con mi mujer. No es la cama pálida de una UCI, ni siquiera de una planta de hospital que acompaña en estos días a demasiada gente. No voy a ser cínico, he tenido que digerir que mis planes como corredor para 2020 hayan saltado de repente en mil añicos. Inicié un reto solidario hace algo más de un año: en 2019 correría Ojos Negros y Arnedo y para 2020, el circuito completo de Maratón Vías Verdes. Abrí una cuenta para recaudar fondos por la investigación contra el cáncer a través de la web de la AECC. Completé el programa del año pasado y a finales tuve la buena noticia de que mis amigos Natacha y David se habían decidido a acompañarme en la triada final.
Ya con el coronavirus rondando, fuimos a Girona hace unas semanas. Una experiencia para repetir. Fue lo que pensamos y quizás las circunstancias nos obliguen a ello. No podemos permitir que el reto acabe así, pero ya lo decidiremos cuando esto pase, al abrigo de un café. Porque ahora, aunque nos fastidie, sabemos que no es momento de correr. Hoy deberíamos haber recorrido la vía verde Ojos Negros y nos hemos encontrado con unas horas más de sueño. Quién sabe cuánto tardaremos en volver a ponernos un dorsal en el pecho.
Ahora es momento de quedarse en casa. Como corredores solidarios, no podemos transmitir otro mensaje.
Y si quieres, puedes seguir donando para luchar contra el cáncer: AQUÍ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario